La cálida luz ilumina su rostro. Pero este no engaña a nadie, está pálido, como el de un muerto. — ¿Qué pasa? — le preguntó. Ella aún afónica trata de responderme. Me mira con sus enormes ojos cafés, parece agitada. Se da la vuelta. Voy tras de ella y la tomo del antebrazo. — ¿Qué…
Quiero una vida tranquila, Paz en mi corazón Y pasión en mis días. Vivir en un rancho lleno de primaveras, sauces y nogales. Tener una cama grande para los dos, o… tres, si algún día somos tres. Abrazarte. Lo suficientemente fuerte para que te sientas segura y con el tacto necesario para que sigas siendo…